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Javier Solórzano

28/05/2012 - 12:02 am

Cambiaron las campañas, ¿cambiará la elección?

Vamos a lo que todos sabemos: el giro que tomaron las campañas a partir del viernes “negro” de Peña Nieto en la Ibero es ya uno de los grandes factores en la parte final del proceso electoral. La clave está en saber hasta dónde van a llegar las protestas estudiantiles y, lo más importante, cuál […]

Vamos a lo que todos sabemos: el giro que tomaron las campañas a partir del viernes “negro” de Peña Nieto en la Ibero es ya uno de los grandes factores en la parte final del proceso electoral. La clave está en saber hasta dónde van a llegar las protestas estudiantiles y, lo más importante, cuál va a terminar por ser su rostro político. Este fin de semana, el movimiento se autodefinió como “apartidista pero político” tratando de hacer a un lado los muchos señalamientos que se han hecho respecto a su simpatía por AMLO. Es una definición importante que le da claridad en su identidad y será cuestión de tiempo para ver si se consolida o tiene variantes.

Sin embargo, los estudiantes están metidos en un interesante lío. Si bien está claro su intento apartidista no se puede soslayar su origen el cual es antipeñanietista. En la medida en que se acerquen las elecciones, el movimiento va a verse obligado, por elementos internos y externos, a tomar una decisión política electoral y este será el momento de prueba. El factor López Obrador se les va a aparecer porque además de que cada vez es más influyente también representa para los estudiantes lo contrario de Peña Nieto, para bien y para mal.

La definición puede acabar siendo tomada por las influencias externas al movimiento. La intromisión, a veces por simpatía auténtica y otras como parte del uso político de organizaciones ajenas que al tiempo son simpatizantes de López Obrador, pueden terminar por ser uno de los factores que lleven a que el movimiento tome una decisión partidaria. Si bien son los partidos la fórmula única, por lo menos hasta ahora, como se accede al poder, el movimiento estudiantil ha tratado justificadamente de tomarles distancia. Su crítica a los medios de comunicación y a los partidos es atendible, como es también de llamar la atención la poca atención que han tenido a los últimos doce años de panismo en Los Pinos.

Si al final el movimiento de los 132 termina a favor de López Obrador, o de quien sea, se va perder el origen y el sentido del origen y la muy buena cara que la sociedad le ha puesto a los estudiantes. Sería como ir de nuevo a los noticiarios de la televisión que justificadamente tanto critican perdiendo de vista que el movimiento tiene su fuerza no sólo en la movilización sino en el uso de la redes sociales. Ha sido a partir de ellas  como se da la convocatoria y el flujo de opiniones en un marco de libertad. Fueron a un noticiario en lugar de convocar al noticiario en las redes sociales que son parte del éxito de lo que han  hecho hasta hora.

El movimiento por más básico que aparezca es ya un factor en la elección. Quién sabe si alcance para modificar la ventaja que lleva Peña Nieto según las encuestas. Los estudiantes tiene una primera parada en la elección. Habrá que ver si tienen “vida” después de ella. Hoy ya son un elemento fundamental y de influencia y deberán aprovechar el vuelo antes de que entren a vacaciones las cuales los pueden desmovilizarlos. Lo que es un hecho es que le han cambiado la cara a las campañas y pronto veremos si a la elección.

Javier Solórzano
Es periodista. Conductor de radio y televisión.

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